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Nacionalsocialismo

ORGANIZACIÓN POLÍTICA, ECONÓMICA Y SOCIAL.

ORGANIZACIÓN POLÍTICA, ECONÓMICA Y SOCIAL.

La estructura del estado era el Tercer Reich, que se desarrolló durante el periodo histórico en el que el Partido Nacionalsocialista gobernó en Alemania (1933-1945). Anteriormente, el estado se medía mediante el régimen de La República de Weimar, instaurado en Alemania tras la disolución del II Reich al finalizar la primera Guerra Mundial. Este régimen se vio sometido a crecientes ataques tanto de la derecha como de la izquierda durante estos años y no fue capaz de solucionar eficazmente la desesperada situación del país. Hacia 1933, muchos votantes alemanes apoyaron a alguno de los dos principales partidos totalitarios, el Partido Comunista Alemán (KPD) y el NSDAP.

El Partido Nacionalsocialista

Refleja un carácter político de carácter pangermanista, fascista y antisemita.

Hitler se unió al NSDAP, el cual tuvo su origen en el Partido Obrero Alemán. Hitler se convirtió en el líder de la formación poco después de afiliarse a ella. Durante el primer mitin del Partido Obrero Alemán en 1920, Hitler leyó el programa del partido, elaborado en parte por él; constaba de 25 puntos en los que se combinaban varias demandas nacionalistas con doctrinas racistas y antisemitas; en el punto vigésimo quinto se establecía lo siguiente como condición indispensable para el cumplimiento de los objetivos previstos: “Frente a la sociedad moderna, un coloso con pies de barro, estableceremos un sistema centralizado sin precedentes, en el que todos los poderes quedarán en manos del Estado. Redactaremos una constitución jerárquica, que regirá de forma mecánica todos los movimientos de los individuos”. Poco después del mitin de febrero de 1920, el Partido Obrero Alemán pasó a denominarse Partido Nacionalsocialista Alemán del Trabajo, cuyos miembros estaban convencidos del valor de la violencia como medio para alcanzar sus fines, por lo que no tardaron en crear las Sturm Abteilung (sección de asalto o SA), una fuerza que se encargó de proteger las reuniones del partido, provocar disturbios en los mítines de los demócratas liberales, socialistas, comunistas y sindicalistas, y perseguir a los judíos, sobre todo a los comerciantes como función primordial.

Adolf Hitler fue elegido presidente con poderes ilimitados del partido en 1921. Ese mismo año, el movimiento adoptó como emblema una bandera con fondo rojo en cuyo centro había un círculo blanco con una cruz esvástica negra. A medida que fue aumentando la influencia del KPD, fundado en 1919, el objetivo principal de la propaganda nacionalsocialista fue la denuncia del bolchevismo, al que consideraban una conspiración internacional de financieros judíos. Asimismo, proclamaron su desprecio por la democracia e hicieron campaña en favor de un régimen dictatorial.

Tiempo después las elecciones al Reichstag, parlamento Alemán, celebradas el 5 de marzo, fueron precedidas de una masiva campaña de intimidación y propaganda por parte de los nazis para asegurarse la victoria abrumadora de su partido en los comicios. El incendio que destruyó el edificio del Reichstag el 28 de febrero favoreció sus objetivos. Se culpó a los comunistas del desastre y los nazis emitieron dos decretos de emergencia en los que se otorgaban poderes casi ilimitados. Los diputados comunistas y socialistas fueron encarcelados y el Partido Comunista Alemán fue ilegalizado. Tras estos acontecimientos, los nazis y sus aliados nacionalistas obtuvieron la mayoría por un estrecho margen de votos y no tuvieron ninguna dificultad en conseguir la aprobación parlamentaria de la Ley de Autorización en marzo de 1933, que confirmaba sus poderes dictatoriales. Unos días después se estableció la unión de los estados con el Reich que ponía fin al sistema federal y en julio fueron ilegalizados todos los partidos políticos excepto el Nacionalsocialista, que monopolizó todas las instituciones del Estado. Luego quedó instituido el Tercer Reich.

La Economía

Por el Tratado de Versalles (1919), la vida económica se vió gravemente afectada a causa de las condiciones de este acuerdo. La elevada inflación, que alcanzó un punto crítico en 1923, casi acabó con la clase media alemana, y muchos de sus miembros, empobrecidos y sin esperanzas, se comenzaron a sentir atraídos por los grupos políticos radicales que surgieron en la posguerra. Pocos años después de que se hubiera alcanzado un cierto grado de progreso y estabilidad económica, la crisis económica mundial que comenzó en 1929 sumió a Alemania en una depresión que parecía irremediable. Luego comenzó la crisis económica mundial de 1929, Alemania dejó de recibir el flujo de capital extranjero, disminuyó el volumen del comercio exterior del país, el ritmo de crecimiento de la industria alemana se ralentizó, aumentó enormemente el desempleo y bajaron los precios de los productos agrícolas.

Para Hitler, su régimen había restablecido la "primacía de la política", a la cual debía someterse la economía del Tercer Reich. Así, hasta 1939, las demandas de los industriales, los cuales tenían menores costos se enfrentaron con la necesidad de la legitimación del régimen, dotando de cierto bienestar a los trabajadores. Sin embargo, la supresión de los partidos de la oposición y las cruentas depuraciones de los contrarios al nuevo régimen no consiguieron resolver el problema de los industriales. Para ello era necesario que Hitler reactivara la economía alemana. Su solución fue crear un nuevo orden, cuyas premisas principales eran las siguientes:

-El aprovechamiento pleno y rentable de la industria alemana sólo podría alcanzarse restableciendo la posición preeminente del país en la economía, industria y finanzas mundiales.

-Era preciso recuperar el acceso a las materias primas de las que Alemania había sido privada tras la primera Guerra Mundial y controlar otros recursos necesarios.

-Debía construirse una flota mercante adecuada y modernos sistemas de transporte ferroviario, aéreo y motorizado.

-Había que reestructurar el sector industrial para obtener la mayor productividad y rentabilidad.

El desempleo fue el problema más trascendente al que tuvo que hacer frente Hitler al asumir el poder. La industria alemana producía en esos momentos aproximadamente a un 58% de su capacidad. Se estima que el número de desempleados de Alemania oscilaba entre los 6 y los 7 millones. Miles de ellos eran miembros del partido que esperaban que Hitler aplicara las promesas anticapitalistas expuestas en la propaganda nazi, acabara con los monopolios y asociaciones de industriales y reactivara la industria mediante la creación de un gran número de pequeñas empresas. Los miembros del partido reclamaban una segunda revolución. Las SA, dirigidas por Ernst Röhm, asumieron el control de las Fuerzas Armadas como parte del nuevo programa. Hitler tuvo que elegir entre un régimen nacionalsocialista sustentado por las masas o una alianza con los industriales del país y el Estado Mayor de las Fuerzas Armadas y eligió esta última que le pareció más válida.

Ordenamiento Social

Hitler comenzó a crear un Estado nacionalsocialista eliminando la oposición de las clases trabajadoras y de todos los demócratas. El juicio del incendio del Reichstag sirvió como pretexto no sólo para suprimir al KPD y al SPD, sino para abrogar todos los derechos constitucionales y civiles y crear campos de concentración para confinar a las víctimas del terror nacionalsocialista.

La sociedad en sí, luego del tratado de Versalles y la elevada inflación posterior, se vieron empobrecidos y sin ni la más mínima esperanza; entonces desde ese momento se vieron influenciados por los partidos políticos. Más tarde, solo existía el partido Nacionalsocialista y se vieron obligados a seguir su doctrina dictatorial. En conclusión la sociedad es reprimida y está sometida al poder.

Una ordenamiento social y político de la comunidad, fue la instauración de  la Geheime Staatspolizei (Policía Secreta del Estado), conocida como Gestapo, fue fundada en 1933 para reprimir la oposición al régimen de Hitler. Cuando se incorporó al aparato del Estado en 1936, se la declaró exenta de someterse a las restricciones que imponía la ley, y sólo debía responder de sus actos ante su jefe, Heinrich Himmler, y ante el propio Hitler.

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